Los procesos tanto de creación como de innovación son misteriosos. Si bien los procesos (Design Thinking, por ejemplo) intentan canalizar y promover la innovación, es el campo en el que la creación es central: el Art. El acto de la creación, esta misteriosa génesis de la idea, siempre me ha fascinado. Como expliqué en un artículo publicado este año, creo firmemente que el acto original de la creación es del hombre; esta capacidad de innovar más allá de los caminos ya transitados es, sin duda, incluso propia de la naturaleza humana. ¿No somos pues la única especie en la tierra que decora y embellece sus herramientas?
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La inteligencia humana es única porque puede crear conexiones espontáneas entre elementos almacenados en nuestra memoria. También es necesario poder estimular la mente y estar expuesto a los estímulos precursores de la creación.
En un viaje a Copenhague, tuve la oportunidad de visitar la exposición dedicada a Pierre Bonnard en la Glyptothek (el Museo Carlsberg). Una fotografía tomada en 1955 por el fotógrafo Alexander Liberman en el estudio del pintor ilustra este proceso creativo. Vemos reproducciones de obras de Picasso, Seurat, Monet o Vermeer, pero también postales navideñas, algunas de las cuales, con palmeras en primer plano, recuerdan algunas de las creaciones de Bonnard. Más incongruente es también un mapa de Cannes y muestras de papel, prueba de que la creatividad proviene del choque entre elementos de memoria aparentemente separados.
Esta fotografía me recordó a la pared del estudio de André Breton, un fascinante testimonio material de la inspiración del inventor del surrealismo. Este “muro” fue reconstruido en el Museo Pompidou después de la muerte de Breton y, como en el caso de Bonnard ( aunque a mayor escala), es un cúmulo de objetos significativos de los que luego surgirá la chispa de la innovación.
En otro estilo, el taller de Francis Bacon tampoco está mal. Fue descrito en el periódico Libération como un “desorden total (que contiene) cientos de fotografías de operaciones quirúrgicas, hombres desnudos y carne cruda, y en las cuales Bacon se inspiró para sus pinturas”. Las fotos del taller de Francis Bacon revelan el caos que algunas personas necesitan para ver emerger su creatividad.
¿Cuáles son tus recetas para estimular tu creatividad? Si buscas algunas, observa las mías: puede que te inspiren.
Publicado en Diverso, Sin categorizar.